Pelos en los sobacos
Durante el camino de vuelta, ni la gravilla ni la toalla pudieron espantar los gritos de dos niñas que se divertían preguntándome por qué no levantaba los brazos
Podría haber sido cualquier campamento, pero mis primos eran scouts. Supongo que me subí al bus un poco a regañadientes e incubando ese miedo nervioso a no caer bien que nunca ha acabado de irse del todo. Mi primo me presentó a Alba y Sara. Alba, con sus ojos como canicas y sus labios turgentes, me recordaba a Cameron Díaz en Algo pasa con Mary. Sara ge…
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