Épica egocéntrica
He aprendido a medir los límites de la paciencia ajena y a detectar cuándo empiezo a resultar cansina
Me gusta hablar de mí. No es que me pirre, no soy una adicta al monólogo autoficcional, pero desde luego no me desagrada y raramente me hace sentir incómoda. Más que gustarme hablar de mí misma, podría decir que no me genera pudor ni agrava mi sentimiento de impostura, de por sí generalizado. Si fuera así, desde luego jamás habría mantenido, durante más…
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Próxima estación para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.